A mediados de la década de los años 1970 dos ecologistas de Australia, el doctor Bill Mollison y David Holmgren, comenzaron a desarrollar una serie de ideas que tenían la esperanza de poder utilizar para la creación de sistemas agrícolas
estables. Lo hicieron como respuesta a lo que consideraban como el
rápido crecimiento en el uso de métodos agroindustriales destructivos
tras la segunda guerra mundial, que de acuerdo a su criterio estaban envenenando la tierra y el agua, reduciendo drásticamente la biodiversidad,
y destruyendo billones de toneladas de suelo que anteriormente
mantenían paisajes fértiles. Una aproximación denominada 'permacultura'
fue el resultado y se dio a conocer con la publicación del libro Permaculture One en 1978. El libro tuvo un éxito inmediato en Australia, provocando mucho debate. La aparición de una revista (The International Permaculture Magazine),
una miniserie televisiva con Bill Mollison como protagonista, y varias
decenas de cursos que éste dictó a finales de los 70s y principios de
los 80s contribuyeron a internacionalizar la permacultura y a forjar su
imagen de herramienta práctica para la construcción de hábitats
sostenibles.
Tras la publicación de Permaculture One, Mollison y Holmgren
refinaron y desarrollaron sus ideas, con ambos originadores diseñando
cientos de 'terrenos de permacultura' y escribiendo varios libros.
Mollison dio clases en más de 80 países y el Curso de Diseño de dos semanas de duración, se enseñó a muchos cientos de estudiantes. A comienzos de la década de 1980, el concepto avanzó desde ser predominantemente un diseño de sistemas agrícolas a ser un proceso de diseño más plenamente holístico
para crear hábitats humanos sostenibles. A mediados de la década de
1980, multitud de estudiantes se habían convertido en exitosos
prácticos, comenzado a enseñar el método; en un corto periodo de tiempo
se establecieron grupos de permacultura, proyectos, asociaciones e
institutos en más de 100 países.
En el transcurso de sus viajes por Asia, África y América Latina,
Mollison encontró y contribuyó a popularizar conceptos y prácticas
ancestrales que habían contribuido a la sostenibilidad de las antiguas
culturas agrícolas y cazadoras. Muchos de éstos conceptos fueron
explicados y revalorizados, y pasaron a formar parte del aspecto técnico
de la permacultura. Muy pronto se hizo evidente que los conceptos de
diseño que manejaba la permacultura podían ser aplicados no solamente a
la producción agropecuaria y forestal, sino a muchos aspectos de la vida
humana, como la construcción, la educación, la economía y la
organización social en general, abarcando todos los temas esenciales en
el diseño de sistemas sustentables, de forma integrada.
La permacultura está en la actualidad bien establecida a lo largo y ancho del mundo, existiendo muchos ejemplos de su uso. Zimbabwe
tiene 60 escuelas diseñadas utilizando la permacultura, con un equipo
nacional trabajando en la unidad de desarrollo de currículos escolares.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha elaborado un informe sobre el uso de la permacultura en situaciones de refugio, tras su exitoso uso en los campos de Sudáfrica y Macedonia. Una tribu en Perú
ha evolucionado desde una creciente dependencia de las subvenciones
estatales a su auto-dependencia y apoyo a otras tribus. Se está
transformando una base militar de Estados Unidos para que se convierta en un parque de eco-negocio y en un paraíso de la vida salvaje.
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